Ah pasado ya una semana desde lo ocurrido, e Isaac sigue su vida como de costumbre a merced de lo que la vida le depara y sintiendo cada vez mas placer por las pesadillas que lo avasallan, a espera de que aquella pesadilla que tanto temor y éxtasis le causo; si… la pesadilla de aquel día.
Y sin saber que su vida iba a cambiar el día de hoy, se dirige camino al instituto.
Al llegar, camina directamente a su salón de clases y se sienta donde lo hace de costumbre en la ultima silla de atrás; transcurre medio día de clases sin haber cambio alguno. Ahora da inicio a su penúltima clase del día y ocurre lo que cambiara su vida.
Mientras presta atención a lo que la maestra explica se percata sorpresivamente de que percibe el mundo desde la perspectiva de alguien mas, se puede ver a si mismo como ve fijamente a la maestra y escribe en su cuaderno.
Isaac –¿Qué es esto?– cierra sus ojos y pasa su mano sobre ellos como si de una imaginación suya se tratara, al abrirlos de nuevo aun sigue viendo como si el fuese otra persona, repite el mismo proceso pero esta vez antes de abrir los ojos oye una vocecilla – ha ha ha – (risa malvada) inmediatamente abre los ojos y ve frente a si la sombra que aquella vez se reflejaba en el espejo
Isaac –aagh! – se levanta rápidamente de su asiento y se echa hacia atrás por lo cual cae al suelo.
Sale corriendo de clase mientras todos sus compañeros lo ven de forma extraña y se dirige al patio, detrás de aquel árbol que tanta tranquilidad le brinda en momentos de desesperación, se recuesta en el suelo y cierra los ojos…
Tras llevar un buen rato descansando e imaginando como seria el mundo si todos fuesen como el: si seria perfecto o tan solo el seria uno mas de un montón de personas con la misma forma de pensar, la misma forma de percibir el mundo… y entonces se percata de que el mundo es perfecto tal cual es y esta orgulloso de ser como es, ser casi único, ser racional; mientras mantiene los ojos cerrados escucha una voz.
Chica –hola, como estas–
Isaac –hola... estoy bien… ahh ¿Por qué me saludas de repente?–
Chica –porque me preocupa como has salido huyendo de clases, cuéntame que te pasa–
Isaac –¿Por qué te preocupas? Si ni siquiera nos hemos hablado alguna vez–
Chica –si no hemos hablado es porque eres muy alejado, parece como si no te importara nada, tu cara es inexpresiva como si no tuvieras sentimientos y por eso hoy me preocupe, cuando huías se veía en tu rostro una expresión de terror–
Isaac –tranquila no te preocupes, estoy bien–
Chica –no te creo; si estuvieras bien no habrías salido corriendo así como loco–
Isaac – de verdad, estoy bien–
Chica –esta bien, si no me quieres contar no importa pero algún día hare que me lo cuentes–
Isaac –¿Qué…?
Chica –vale, ya llevo mucho tiempo por fuera de clases y tengo que regresar. bye–
La chica regresa a clases dejando a Isaac quien vuelve sus pensamientos nuevamente al filosofar de cómo seria la vida perfecta; si realmente la perfección seria como la plasma la biblia; aquel paraíso donde se vive eternamente, donde no existe el dolor, donde la maldad no tiene cabida, pero que hay de quienes hallan en el dolor placer y de quienes aman sus fantasías y videojuegos fruto de la maldad.
Tras pasarse el resto del día pensando …suena la campana en señal de que las clases han terminado y dejando a un lado sus pensamientos Isaac abre sus ojos y se levanta para dirigirse a la salida del instituto, mientras se dirige allí ve que recostada en la pared se encuentra aquella chica que anteriormente le hablo . Isaac inclina su cabeza para evitar a la chica y seguir como si nada hubiese ocurrido aunque esto no funciona pues ella se acerca a paso firme y le dice
Chica –¿me acompañas a casa?
A lo cual Isaac se que queda en silencio y ambos emprenden camino a casa juntos
Chica –que tal si comenzamos de nuevo y nos presentamos como se debe–
Isaac –esta bien, mi nombre es Isaac y el ¿tuyo?–
Chica –no, así no se vale; tienes que decir también lo que te gusta.
Isaac – mi nombre es Isaac me gustan los videojuegos, la computación y los sueños que tengo cada noche–
Chica –bien ahora yo: me llamo Elizabeth y me gusta la música, ir de paseo, divertirme con mis amigos y sobre todo me gustan mucho los chicos como tu…
Chica –que tal si comenzamos de nuevo y nos presentamos como se debe–
Isaac –esta bien, mi nombre es Isaac y el ¿tuyo?–
Chica –no, así no se vale; tienes que decir también lo que te gusta.
Isaac – mi nombre es Isaac me gustan los videojuegos, la computación y los sueños que tengo cada noche–
Chica –bien ahora yo: me llamo Elizabeth y me gusta la música, ir de paseo, divertirme con mis amigos y sobre todo me gustan mucho los chicos como tu…
Al término de esto ambos toman caminos diferentes para dirigirse cada uno a casa.
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